SOL DE ENERO

Redondo sol de enero, blanco que duele, quema hasta el corazón.

Una mano, fresca de alma y amor, el suave soplo de un beso,

como una cascada tenue, desde la cabeza hasta el alma, para siempre.

SOL DE ABRIL

El blanco duele menos, una hoja cae en rulos todavía verdes,

La mano baja desde mi frente hasta mis labios, beso fugaz,

El alma se abre, un suspiro azul vuela, envuelve la hoja, el cielo sonríe.

SOL DE JUNIO

Estrellas heladas, clavadas en las ramas que escriben en mi ventana,

no quieren desleírse en el sol acechante. No podrán nunca pudieron.

El We Xipantu –la luz hecha vida- los está esperando.

 

Autor: Adolfo Ariza.