¿SON UN MITO LOS RIESGOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?
Por Adolfo Ariza
Hace poco apareció esta nota:
“Una hoja de doble filo”: Elon Musk alertó sobre la inteligencia artificial y lanzó un pedido urgente
Extraje un párrafo:
“La inteligencia artificial es un elemento sobre el que hay que tener atención. Es como una hoja de doble filo. Será capaz de hacer prácticamente todo, pero carecerá de conciencia”, avisó desde el foro “Atreju”, que cada año organiza en Roma el partido ultraderechista Hermanos de Italia, de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Me llamó la atención, no el tema, porque ya Musk ya lo ha planteado antes, sino por el lugar en que enuncia: un Foro de Ultraderecha.
Tal vez tenga que ver con algo que he escuchado por ahí sobre el vuelco hacia la derecha de Musk, pero el planteo me llevó hacia atrás en el tiempo y rescaté una entrada en mi blog Miradas desde Mendoza de 2022:
LA MORAL HUMANA ESTÁ REZAGADA A LOS AVANCES TECNOLÓGICOS (https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/05/23/la-moral-humana-esta-rezagada-a-los-avances-tecnologicos/).
Allí, a partir de la guerra Rusia – Ucrania, que todavía dura, hice esta afirmación:
“O sea, demuestra un fracaso y un retroceso en épocas de desarrollos científicos, tecnológicos, aun espirituales, que no impiden que el hombre siga siendo básicamente un cavernícola. Nuestro inconsciente, nuestra mente más antigua, se sigue manejando con las reacciones básicas de sus inicios: pelear (si cree que puede imponer su fuerza), huir (si – no), reproducirse, alimentarse (de eso depende la sobrevivencia de la especie).”
En este contexto, es importante indicar que la gente en general ignora este poder de la tecnología y está a merced de quienes han entendido lo que pasa, lo han estudiado y aprovechan este conocimiento y sus aplicaciones derivadas, para obtener provecho económico y político.
…
“Esta situación en las relaciones geopolíticas de los hombres (y mujeres) no es muy distinta de lo que vemos en niveles más limitados en la sociedad, y en las mismas relaciones personales.
Junto con la enorme evolución tecnológica y científica de la humanidad, cuya velocidad de transformación se acelera cada vez más, vemos una enorme degradación del mundo: en lo social, hambrunas, pueblos que emigran buscando una mínima calidad de vida; en el medio ambiente que avanza casi inexorablemente al colapso; en lo económico, con corporaciones cada vez más concentradas y poderosas a las que solo les interesa la ganancia material.
No es muy factible que las minorías dirigenciales que han hecho todo lo posible para que estemos en esta situación, cambien por sí mismas. Si tuvieran las condiciones –y el interés- para ser mejores, lo serían.
Es cierto que hay muchas personas que rechazan este estado de cosas y reclaman –incluso luchan por ello- un mundo mejor.
El Papa Francisco ha hecho grandes esfuerzos para denunciar estas injusticias (sus Encíclicas, Laudato Si, Lumen Fidei y Fratelli tutti son documentos claros y trascendentes).
Pienso que debería darse un cambio de actitud social para encontrar alguna salida a esta situación. Hoy un enorme sector de la sociedad que acepta este estado de cosas sin lucha, sin buscar información que revele los crímenes de lesa humanidad que se comenten, sin intentar agruparse con quienes buscan lo mismo, sin generar líderes sociales y políticos que encabecen movimientos en direcciones distintas de lo que se da hoy.”
Esta conclusión sirve de marco a un tema que está presente desde hace un tiempo en nuestras vidas, y que motivó un excelente libro, sobre el que escribí también una entrada en mi blog:
BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA (https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/07/01/big-data-politica-de-luciano-galup-por-adolfo-ariza/)
Allí se plantea este análisis de las redes:
“El análisis de las noticias falsas tiene una dependencia absoluta de las emociones en la toma de decisiones de las personas, de las que ya hemos hablado anteriormente. Resulta imposible aislar este fenómeno en las redes sociales, por fuera del conjunto político, cultural y económico.
A mayor grado de polarización en una sociedad, mayor es la probabilidad de que circulen como verdaderas noticias probadamente falsas. Esta polarización, propia de los fenómenos populistas, crea condiciones favorables para la proliferación de noticias falsas porque pone sobre la mesa la disputa de un sentido: no importan los hechos, sino la capacidad de las noticias de fortalecer identidades políticas previamente asumidas. Aquí es donde las fake news encuentran su razón de ser. Su función es amalgamar sentidos que fortalezcan pertenencias e identidades políticas de los espacios en disputa para construir un relato hegemónico de lo social. Su rol es formar parte de un relato ficcional del universo social.” (p. 165-166)
Por eso, tenemos que entender cómo funcionan las estrategias que utilizan como ámbito los Big Data. Porque este es el mundo que existe:
“Este cambio generacional tendrá impacto directo en las formas de consumir información y cultura. Los medios de broadcasting, sobre todo la televisión, no van a desaparecer, pero sí verán diluirse su hegemonía año a año, hasta perderla. Surgen y surgirán nuevos lenguajes, nuevas narrativas que cruzarán, a su vez, las formas de hacer política, de relatar la política para incidir sobre el imaginario colectivo. Para eso se elaborarán nuevas propuestas comunicacionales, que nacerán de ideas que buscarán quebrar para siempre la mecánica tradicional utilizada para contar la política. “
Comparto un párrafo del Epílogo que me parece que demuestra con claridad lo que será nuestro futuro y, por lo tanto, lo imperiosa que la necesidad de comprenderlo mejor:
“Otra certeza es que la tecnología tendrá cada vez más peso en las formas de sociabilidad, en el control de los ciudadanos y en las mediaciones de lo político. Los algoritmos gobernarán partes cada vez más importantes de las estrategias y la toma de decisiones de la comunicación política. Conviviremos con algoritmos e inteligencia artificial. Quienes no tengan recursos para usar eficientemente estas herramientas tendrán fuertes desventajas para acceder a la esfera pública en igualdad de condiciones.” (p. 184)
Esto es lo que les pasa a amplios sectores de la sociedad, que conocen la realidad a través del relato que se hace en las redes por medio de las aplicaciones que se usan hoy. Por ejemplo, en el triunfo de Milei en las elecciones argentinas tuvo un papel importante (en el rango etario de los jóvenes) la red Tik Tok.
Aunque se veían en las calles muchos de los carteles tradicionales en la política de otros candidatos, esos jóvenes se guiaban por la aplicación y no le daban importancia a esas expresiones tan típicas en épocas electorales.
Es más, los “community managers” que acompañaron a la Libertad Avanza, tienen un rol muy importante en el equipo del nuevo Presidente.
¿Qué es un “community manager”?
Es “El responsable o gestor de comunidades de internet, virtuales, digitales, o en línea, es quien actúa como auditor de la marca en los medios sociales. Es un puesto de trabajo dentro de la mercadotecnia en medios sociales, siendo su función ejecutar lo que los administradores o gestores de redes sociales planifican.”) Wikipedia
Es claro que es difícil para la mayoría de las personas, sobre todo si no son jóvenes, entender las funciones de estas redes sociales, y el lugar que ocupan, en la sociedad actual, pero lo real es que están indefensas y con pocas posibilidades de actuar según lo que la realidad les exige, ya sea en la política, o en la sencilla toma de las decisiones que la vida les pone adelante.
Big data se refiere a una gran cantidad de información que sólo se puede procesar mediante el uso de herramientas digitales y que sirve para responder preguntas a través del análisis de enormes volúmenes de datos.
Aquí volvemos de nuevo al tema inicial: IA, o sea inteligencia artificial, que es una rama de la informática que desarrolla programas capaces de emular procesos propios de la inteligencia humana.
El tema es que esos programas son desarrollados por especialistas, y no son neutros, buscan y procesan información según los intereses y necesidades de quienes soliciten esos programas. O sea que pueden ser para bien o para mal de la gente, aunque eso no es novedoso, sino que sucedió desde el inicio de las actividades humanas, desde el martillo que se puede usar como herramienta o arma, o los avances en energía nuclear que terminaron en bombas atómicas sobre poblaciones civiles.
Sería un tema de análisis profundo el poder de la IA y su capacidad de influencia y daño a la humanidad, que es lo que plantean Musk o el mismo Stephen Hawking.
Por supuesto, que han surgido muchos que rechazan estas afirmaciones y defienden las posibilidades positivas de esta tecnología, pero es real su enorme capacidad y poder, para bien o para mal, según las intenciones de los que la manejen.
Hay que destacar que, si bien para producir un artefacto nuclear hacen falta recursos e instalaciones, para desarrollar un algoritmo que puede modificarnos la vida, solo es necesario capacidad de programación la que cada vez es mayor.
Por eso, resulta difícil pensar en una regulación eficiente de la IA, como se ha propuesto, pero creo que es importante intentar controlar el sector, como la propuesta de la UE que exige a sistemas como el ChatGPT transparencia en los datos e identificación de las fuentes.
En conclusión, no es un mito, pero sería un error demonizar esta tecnología.
La Revolución Industrial, que comenzó en el siglo XVIII, no se detuvo porque muchos se quedaban sin trabajo; hubo protestas, como las de los luditas en Inglaterra, pero el mundo tuvo su mayor transformación desde el Neolítico.
No me animaría a comparar los procesos de transformación, porque esos análisis de situaciones tan lejanas (no tanto por el tiempo, sino por los enormes cambios desarrollados) no me parecen seguros, ni útiles.
Lo que sí son reales son los riesgos que corre el mundo y quienes lo habitamos, como describí antes, y en esto no es un problema menor la desvaloración de la política como poder público capaz de lograr beneficios para la sociedad en su conjunto.
Esto no ha sido casual, ha habido –y hay- estrategias de negación de la política, si bien hay muchos ejemplos de ineficacia y corrupción en quienes la ejercen (la denominación de “casta” es uno de ellos), lo real es que difícil pensar en una sociedad sin proyecto político y ejecutores probos y eficientes.
El “anarco capitalismo”, en el que se inscribe el Presidente Milei, una filosofía extrema dentro del liberalismo que plantea el ideal de llegar a una sociedad capitalista sin Estado, niega la política, aunque en la realidad eso no se ve demasiado porque la vida en sociedad, cada vez más compleja, tiene exigencias ineludibles.
Como otras veces, voy a insistir en un propósito central en mis análisis sobre estos temas: ayudar a que la gente comprenda mejor el mundo en que vivimos.